CASCABELES SIDERALES (Jesús Moisés S. Lagos)

 Hola robinsones. Hoy os traemos una entrevista con un poeta Indie, un poeta de un talento intratable que os va a hacer preguntaros ¿Por qué no lo habré descubierto antes? Y viene con un poemario recién sacado del horno, nos presenta su nuevo trabajo Cascabeles Siderales. Siéntate, ponte cómodo y sírvete el café que está recién hecho.

TITULO: Cascabeles Siderales

AUTOR: Jesús Moisés S. Lagos

PÁGINAS: 252

PUBLICACIÓN: 31 enero 2022

EDITORIAL: Autopublicado

¿DONDE ENCONTRARLO? Exclusivamente en Amazon 

-Bienvenido Jesús. Un placer tenerte aquí. ¿Qué nos puedes contar de Cascabeles Siderales?

-Bueno... podría contarte muchas cosas, pero te lo voy a resumir de forma poética; “Cascabeles siderales” es un abrazo para todas aquellas personas que se sienten perdidas o solas, y mientras buscan reencontrarse tropiezan con verdades que no esperaban. Es un prisma poético a través del cual puedes verte reflejado, y aceptar que no siempre podemos elegir nuestro destino, pero si podemos decidir cómo afrontamos el dolor, ya que todo lo que nos hace sufrir nos hace más fuertes y a la vez más sensibles; mejora nuestra empatía hasta convertirla en un sexto sentido con el cual entender los procesos de los altibajos que todos sufrimos en algún momento de nuestra vida, de un modo positivo.

-¿Cuáles son las principales fuentes de las que bebe tu poesía y tus poetas más influyentes?

-Somos la cárcel de nuestros sentimientos, emociones y pensamientos; hay que dejarlos salir para sentirte libre, libre de verdad...
Lo cierto es que, no siento que tenga fuentes donde beber para saciar mi sed de escribir. Sino que voy tropezando con instantes en los que algo brota de mí, y mi cabeza tuviera la necesidad, casi agónica, de respirar palabras; como si estuviera sepultado por la nieve, y escuchase una voz que me dice: “Tienes que salir tú solo, no podemos encontrarte”. Y entonces, sale mi parte más emocional, y la menos reflexiva. Aunque, sí, tengo muchos ratos de quedar ensimismado con cualquier cosa que me lame la atención; (desde un brillo en una cuchara hasta una ventana abierta que golpea insistentemente empujada por el viento). No sé... Hay tantas cosa que observar cuando uno puede parar el tiempo. 
Fíjate, que siendo un niño observador y con inquietudes por la palabra desde apenas los diez años, lo que me lanzó a la poesía es (con unos catorce años) ver en el cine la película “Cyrano de Bergerac”, protagonizada por Gérard Depardieu. Me entusiasmó cómo hablaban durante toda la peli en verso. Pero claro, me gustan autores como Rafael Alberti o Antonio Machado; de los Siglos de Oro, me lo paso genial con la rivalidad literaria entre Francisco de Quevedo y Luis de Góngora; y actuales Luis García Montero o Joaquín Sabina (el poeta que parece músico).

-¿Qué nos puedes contar sobre tu vida y tus actividades literarias?

-Mestizo, medio madrileño medio extremeño (de un precioso pueblecito sito en la profundidad del Geoparque Villuercas Ibores – Jara, llamado Peraleda de San Román), nostálgico y despistado escarmentado por la verdad, artista marcial aprendiz de todo y escritor fracasado con el éxito, ¿que busca de su equilibrio perfecto escribiendo poesía porque su cuerpo ya no le hace caso? ¡Qué sé yo...! Uy... Mi vida... No es una vida cualquiera, pero no muy diferente a la de cualquier otra persona que, no tiene creencias divinas ni mortales (me defino como “a-creyente”). Lo más reseñable, es que, cuando uno habla de sí mismo no mira por la misma ventana que te observan los demás, y claro, no ves las mismas cosas. No sé casi nada de nada, y solo mantengo la curiosidad infante de querer entender el mundo mejor, que no lo consigo, pero sí tengo algo claro a mis 47 años y lo voy a decir en cuatro palabras que podrían ser mi epitafio, ya que me encanta retar y discutir con “el más allá”, con lo desconocido: “Sé a donde voy”. 
No es que escriba lo que siento, sino que no siento lo que escribo, si con ello tengo la fortuna de importunar a algún cretino o molestar a intolerantes; esa es la verdadera razón de mi existir, además de abrir almas sinceras o cabezas enlatadas como conservas de prejuicios. Mis actividades literarias son una sola: soñar con una realidad que no existe, ni existirá jamás, porque la humanidad es lo que es, aunque nos empeñemos en ver otra cosa. Si no somos capaces de luchar contra nuestros propios miedos, cómo vamos a empatizar con los miedos de los demás; cómo vamos a aceptar que las diferencias nos deben acercar más de lo que nos alejan, pues la única verdad de esta vida es, que todos tenemos la misma capacidad de disfrutar o sufrir, ¿no basta con eso para dejar de lado dioses mejores, guerras absurdas, personas que creen tener más derechos, mundos ideales que destruyen el único mundo que tenemos...? ¡Yo qué sé!; estamos demasiado cuerdos para darnos cuenta de que la locura nos hace más amables.

-¿Cómo ves la poesía en la industria actual?

-¡Buf! ¡Qué mala combinación!; industria y poesía. Para la industria, no me alcanza la vista; quizá me hice miope con tanta imprenta que se hace pasar por editorial. La poesía la magia de un mago que guarda su mejor truco para el final, solo que el final nunca llega; la veo de perfil, y me gustaría verla de cara, enfrentada al mundo de mierda que nos quieren hacer tragar, algunos “personajes de apestoso poder insoportable” que creen poder decidir quien vive o muere para dar finalidad a sus intereses.



-¿Cómo defines tú poesía?

-“Mi infinito en una canica” (que por cierto, será el título de mi próximo poemario). Ya sea como autor independiente o como autor que se sube al tren sin destino de una editorial tan loca como yo, tanto como para compartir mi enajenación poética.


-¿Qué libro tienes en la mesilla de noche en estos momentos?

-No tengo mesilla, pero tengo dos libros que compiten por la atención de mis ojos como el día con la noche, son: “Más allá del bien y del mal”, de Friedrich Nietzsche y “La cocina de tu vida”, de Carlos Arguiñano. Y tengo que decir que, entiendo más la filosofía de Arguiñano que la de Nietzsche.


-¿Con cuál poeta, vivo o muerto, te tomarías unas cañas?

-Me la tomaría con tres a la vez, el vivo y dos muertos... Quevedo y Góngora, para disfrutar de su tensa conversación, y Joaquín Sabina, para que hiciera ambiente tocando “Y sin embargo, te quiero”.


-Un consejo a nuevos poetas que se adentran en este mundo.

-No me gusta dar consejos. Como mucho una advertencia que les animará a no dejar nunca de escribir: “No importa que te llamen idiota, mientras no piensen que eres gilipollas”.


-¿En que momento de tú vida decidiste ser poeta?

-Aún no estoy convencido; vivo acomodado en la duda de no querer decidir nada que no sea importante.


-¿Qué pregunta te hubiera gustado que te hiciera pero no he hecho?

-Pues, podrías haberme preguntado, cuál es mi comida favorita. Te hubiera contestado que, mi comida favorita son las sobras; “la ropa vieja”, esos garbanzos del día después del cocido, bien salteados, ¡me encantan!


¡Gracias por tu atención!

Si me permites, quiero dejar un mensaje para todas aquellas personas que quieran dar una oportunidad a mi poemario (solo disponible en Amazon) “Cascabeles siderales”: Todo lo que soñamos... está en un abrazo...

Hasta aquí nuestro invitado de hoy, Muchas gracias Jesús por tú tiempo y mucha suerte con esta nueva aventura que es Cascabeles Siderales. Nos despedimos hasta la próxima entrevista en el blog y recordar que tenéis mucho más contenido de El último libro de Robinson Crusoe en nuestro canal de YouTube y en Radio Jabato.

Ciao.

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